A fines de la década de 1960 comienza la historia, forzada por el exilio de Juan Manuel Serrat en México. Fue un amor a primera vista entre el cantautor y nuestra gente y cultura.

Para los que crecimos durante los años 70, sus canciones nos han acompañado desde nuestros primeros amores adolescentes, y nos hacen reflexionar sobre dilemas que trascienden fronteras, como la muerte y la libertad. Mediterráneo fue su emblemático primer disco, con el que conocimos la España represiva de Franco, su mar y sus pueblos blancos, sus utopías juveniles.

Luego vinieron sus propias producciones y también musicalizaciones de extraordinarios poetas latinoamericanos. Su obra está influenciada por otros poetas. , Pablo Neruda (Chile), Eduardo Galeano y Mario Benedetti (Uruguay) El sur también existe este es su decimonoveno disco dedicado a los poemas del poeta uruguayo. También ha versionado canciones de Violeta Parra (Chile) , Atahualpa Yupanqui (Argentina) y de Víctor Jara (Chile). Comprometido y crítico con las dictaduras en América Latina, por las que Pinochet le negó la entrada a Chile en 1983.

Joaquín Sabina llegó más tarde a nuestro continente, siguiendo el camino iniciado por Serrat. Nos trajo la locura y los excesos ... y lo amamos por eso. Así como decimos que Juan Manuel trajo la poesía a la música, Joaquín nos dio espontaneidad, rebeldía y humor. Ninguno de los dos se destaca por su talento vocal pero Sabina puede cantar con los mariachis en México o un tango en Buenos Aires con naturalidad. El público perdona esos tragos extra en el escenario y hace oídos sordos al notable paso del tiempo que afecta a ambas voces.

"19 días y 500 noches sigue siendo la canción que más identifica a Sabina, y es Ruido es mi favorito. Mi supuesto fanatismo por Serra me impide elegir una canción esta compilación de canciones y verás que es imposible elegir!

Desde hace unos años actúan juntos, dando conciertos por todo el continente, uniendo música y amistad, entre ellos y su público. El símbolo y el cuate es un documental que cuenta esta historia de amor entre los artistas y América Latina

Fuimos a sus conciertos como a misa, con la misma devoción, el primer concierto de Serrat en Argentina fue inolvidable, después de la dictadura, con pura emoción cantamos “para la libertad, sangro, lucho, pervivo”, con los ojos llenos de lágrimas

Nunca los sentimos como extranjeros, son parte de nuestra historia reciente, en tiempos oscuros,… esperábamos su voz y palabras que nos acompañaban y reconfortaban, cuando la poesía guiaba la música y la música nos hacía pensar. … ..

Autor: Angelines Yakin